miércoles, 26 de octubre de 2011

Campanas de Boda.

Alicia oyó un repentino aletear procedente del campanario, signo inequívoco de que las campanas estaban a punto de repicar. Se alzó dejando en el suelo la pala con la que estaba trabajando y giró la cabeza en dirección al pueblo, y en ese instante, como era de esperar, empezaron a sonar las campanas, y eran campanadas de boda.
A ella le hubiera gustado casarse, con Alfredo por ejemplo; pero Alfredo prefirió casarse con Eduarda. Además formaron una bella estampa matrimonial a la salida del templo y poco después un bella estampa familiar con sus tres hijos en su bello hogar; hogar que Alicia frecuentaba con flores y hortalizas de su huerto.
Eduarda adoraba a Alicia, quizás porque a ella le hubiera gustado casarse con Luís, el hermano de Alicia, pero éste prefirió casarse con Patricia.
Luís y Patricia no habían formado familia aún porque ella prefería cuidar de los desheredados de Uganda y así poner medios y tierra de por medio con quien realmente le hubiera gustado casarse, Julián.
Julián se casó con Flora, la sobrina del capellán, porque Julián era un partido viable a todas luces, no como el que ella hubiera querido, Pedro. Tras años de intentos fallidos, Julián y Flora adoptaron a dos niñas en Uganda.
Pedro, de todas maneras, siempre miraba para otro lado, a ver si alcanzaba la figura de Sandra y de paso su atención, y lo logró después de que Roberto, con quien ella hubiera querido casarse se matara en un accidente de coche, cuando volvía de la mili dispuesto a pedirle la mano a Alicia.